16/9/09

NOTA DEL DIRECTOR- parte III

“El cine solamente se convertirá en arte cuando el costo de los materiales sea igual al de la tinta y el papel”.
-Jean Cocteau.

Con la venia inspiracional del legendario Adelqui Camusso y las declaraciones de apoyo y favoritismo digital de George Lucas y Robert Rodríguez, estamos decididos a aventurar de lleno en la nueva tecnología de realización audivisual y para eso el departamento de fotografía ha estudiado minuciosamente la cámara con la que vamos a trabajar las posibilidades de iluminación que ésta ofrece frente al campo y la ciudad, teniendo autonomía lumínica y probando los limites de los efectos y defectos que podemos conseguir con nuestro equipo.

Se propone un estilo documentalista que empataría muy bien con una estética inspirada en el neorrealismo. Las secuencias oníricas y los flash backs son las escenas que cambian un poco el ritmo neorrealista, pero que introducen personajes y explican algunas situaciones. Elementos a veces surréales pero que igual tengan un sentido explicativo de los personajes.

Los colores de la película varían de acuerdo a la posición geográfica de los personajes. Las costumbres cambian dramáticamente con tan solo un viaje de dos horas. La misma temperatura de la luz cambia de acuerdo con el piso térmico. Bogotá tendrá colores fríos, azules, grises y oscuros, a medida que los personajes se acercan al mar habrá una progresión hacia unos colores cálidos, amarillos, naranja y ocres.
Este largometraje por tratarse de un continuo viaje, tiene numerosas locaciones y ambientes tan variados como adversos. Un equipo humano y técnico ligero, versátil y autónomo que en condiciones como las de la cinematografía colombiana actual, solo puede ofrecer el video de Alta Definición, para ser transferido posteriormente al formato fílmico de 35mm para su explotación en salas de proyección.
Usamos lentes angulares para hacer grandes planos generales con perspectivas exageradas y dar la sensación de subjetiva; La cámara como un espectador activo e inquieto. Usar luz natural intensa, incidente y reflejada diseñar y usar la luz artificial de apoyo.


“Lo que ningún ojo humano es capaz de atrapar, lo que ningún lápiz, pincel o pluma es capaz de fijar, tu cámara lo atrapa sin saber que es y lo fija con la escrupulosa indiferencia de una maquina”.
- Robert Bresson

Sentir que algo cambia, el placer de las paradojas y los contrastes, las cosas que dan placer sencillo y puro, la creación de una atmósfera.
Nos gustan los comics, la ciencia ficción, los video juegos, John y Johnny Cage, entender que lo más complejo de la alta ciencia y el gran arte es tan elaborado y trascendental para nuestra supervivencia como el más sencillo de los chistes o el más básico de los alimentos.
Una canción de amor, una palabra de apoyo, un sonido de alivio, una sensación y un sentir genuinos.

Apatía suena a pereza, suena a bostezo, suena a un cigarro que se prende, a un hielo que cruje, al silencio entre el teclear de una maquina de escribir.
Con el sonido nos vamos duro; Lo usamos como transición escénica, como marco dramático y como punto de cambio.

El concepto de road movie es un vehículo para conducir la emotividad de la historia y manejar estaciones que den ritmo a la narración. Gran parte de las transiciones propuestas son de audio, bien sea música o sonido incidental; Balazos, risas, palabras resaltadas con múltiples canales de audio, como si dos voces se encontraran en el mismo punto, una multiplicidad de voces para una película coral; Polifonía, cacofonía y los mismos contrastes y paradojas generales al tema. Gritos y susurros, voces y silencios, canciones y ruidos que complementan un retrato generacional y cultural que privilegia la multiplicidad narrativa por encima del recurso melodramático.

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