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3/9/09

EL PROCESO

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Largas horas de trabajo. Noches en vela. Encierro continúo en cuartos, mirando pantallas. Las imágenes que uno recuerda haber registrado, solo para descartarlas en el momento de tener que decidir, por que todo, no se puede.
Largas horas de trabajo. Noches en vela. Encierro continúo en cuartos, mirando pantallas. Las imágenes que uno recuerda haber registrado, solo para descartarlas en el momento de tener que decidir, por que todo, no se puede.

Uno en realidad no sabe lo que va a pasar, no tiene forma de saberlo. Es aquí cuando la intuición cobra vida. El entrenamiento audiovisual. Muchas cosas se identifican antes de verse, por su sonido. Dormir mal o no dormir en lo absoluto, levantarse enfermo y desganado, sabiendo que nadie más en el mundo va a hacer eso que uno sabe que solo uno debe hacer. Comprometerse con el deseo y ejercitar la voluntad más allá de la lógica. Ir lejos, ir cerca, mantener la cordura, mantener la calma. Todo es importante, nada es indispensable.

Creer en milagros, lanzarse solo, ser conciente de las altas y bajas expectativas y decidir seguir adelante. Las cosas que uno escribe por que desea que la palabra les dé vida.

La triste intimidad del fisgón. El placer vacío del voyeurismo.

La distancia infinita entre las personas que veo en mi pantalla y yo, gente que recuerdo haber tocado y olido; gente que muy seguramente no volveré a ver nunca, que tal vez ya haya muerto. Así es la vida y hay que entender que el merito de nuestros esfuerzos es darle sentido a nuestra vida para nosotros y que solo se trata de decidir como, por donde, que se queda y que se va. Como editando, aprender que muchas cosas lindas son inútiles, aprender que muchas cosas útiles son malas, aprender que uno mientras esta con vida, es
al menos un testigo y los sentidos servirán para dar fe de la existencia propia y ajena. De lo perecedero y lo eterno.

LA OTRA MEMORIA

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El fin del camino es uno. En el final de la jornada y al final del camino se encuentra uno mismo y uno solo. Las películas de carretera son así, uno viaja hacia un destino que es, obviamente el final del camino; El final que es la sumatoria, el resultado y la conclusión del recorrido.
A donde uno quiere llegar.
De pronto, uno complica, las cosas. Yo complico las cosas y le busco más ciencia de la que tienen. Y no, en realidad no me debo sentir mal, por que estoy tratando de entender y de hacerme entender lo mejor que puedo y eso es muy válido, por que en realidad para eso de la comunicación y del entendimiento, así como en el fútbol, lo único y lo mejor que puede uno hacer es hacer lo mejor que pueda. Así de simple.

Cuando hay mucho de donde escoger, el truco, la mayor parte de las veces es saber elegir. Tomar un camino, aferrarse a él a sabiendas de que el tiempo como constante, esta en contra nuestra y entonces, siempre querer aprovecharlo todo. La vida es un absurdo y cada decisión y acción es tan trivial e inconsecuente como cualquier otra en este mondongo primordial que llamamos tierra.

Recuerdo Viajar, conocer, aprender, reconocer. El circo. El tren del fuego y el hielo. Manu Chao, Arturo Almanza, Mancel Martínez. Recuerdo bien muchas cosas acerca de nuestras aventuras y lo mucho q disfrutábamos tener aventuras y oír música y fumar marihuana imaginando sitios lejanos, muy lejanos.

Uno tiene que hacer ejercicio de su voluntad para sentirse vivo, al menos el tipo de vida que uno asocia con la libertad, que a su vez asocia con la naturaleza humana.
El documental se trata de un soporte o medio de registro, un evento q se considere meritorio de ser registrado y un enfoque. Un punto de vista.
Lo que más me gusta y más me molesta a la vez, es el trabajo de campo. La actividad en sí.
Ir hasta. Una idea más bien romántica y más bien tristona acerca de ir a otro lugar y comprender el punto de vista de los otros.

Uno se embarca en esta puta vida. Tiene que tomar un camino por que esta mal visto no hacerlo, aunque al final esta es la razón que menos interesa a quien conquista su camino.
Toma decisiones, se arrepiente, piensa en la alternativa como desconsuelo, sabiendo que nunca sabrá lo que pudo haber sido. Sin embargo es divertido hacerlo.
No había como negarse a la posibilidad de viajar, de recorrer camino y ver gente, como tanta, por una sola vez en la vida, pero de otra parte. La gente es extraña cuando eres extraño. Es bueno, la mayor parte del tiempo ser el forastero. Claro supongo que en casos de éxodo, como los desplazados, el forastero no es bienvenido y ser extraño es malo.
Pero es diferente en el sentido contrario; la mayoría de los lugareños fueron en extremo amables y serviciales con nosotros. Les agradaba nuestro aspecto, como de soldados o guerrillos, pero con cámaras.